En la 72, media cuadra arriba de la Avenida Caracas en Bogotá. Ahí fue donde obtuve mi copia de Loveless, tan sólo tenía un hueco en el código de barras. Ese mismo día, y por culpa de mis discretos fondos económicos, tenía que decidir entre Loveless y un disco de The Go-Betweens (16 Lovers Lane), con la esperanza de volver por 16 Lovers Lane, deje el disco de The Go-Betweens. Nunca lo volví a ver.
De My Bloody Valentine apenas había escuchado un par de canciones, conocía más de The Jesus and Mary Chain y Cocteau Twins que de My Bloody Valentine. En un comienzo Loveless se convirtió en un disco fragmentado para mí, por un lado estaban las canciones que escuchaba de forma seguida y repetitiva (Sometimes, Soon, What You Want, When You Sleep), y por otro lado las canciones que rara vez oía por completo (Loomer, Come in Alone, Only Shallow, To Here Knows When). Llegué a entender Loveless como un todo cuando deje de escucharlo con audífonos y lo hice con parlantes a buen volumen. Recuerdo que Loomer - Touched - To Here Knows When se convirtieron en las tres canciones que más escuchaba. Soon sigue siendo mi canción favorita de My Bloody Valentine, y Blown a Wish una de las más especiales para mí.
Haber visto a My Bloody Valentine en vivo ha sido una de las experiencias más importantes en mi vida, por la nostalgia funciona bien, pero por la música mejor. En el concierto había muchos indie kids que se miraban las jetas los unos a los otros sin saber de qué se trataba la cosa; quizá sólo vienen porque Pitchfork dice que son buenos, pensé. Igual a la mitad del concierto se estaban yendo, o escapando; mejor así, pensé otra vez. Y también pensaba, cuál será el My Bloody Valentine de estos adolescentes, qué banda aparecerá dentro de 15 años para hacerles mover las tripas de la nostalgia; pensé en un par de nombres y de inmediato volví mi mirada al escenario, me alegré y solté una bocanada de aire al saber que estaba viendo a My Bloody Valentine.
De My Bloody Valentine apenas había escuchado un par de canciones, conocía más de The Jesus and Mary Chain y Cocteau Twins que de My Bloody Valentine. En un comienzo Loveless se convirtió en un disco fragmentado para mí, por un lado estaban las canciones que escuchaba de forma seguida y repetitiva (Sometimes, Soon, What You Want, When You Sleep), y por otro lado las canciones que rara vez oía por completo (Loomer, Come in Alone, Only Shallow, To Here Knows When). Llegué a entender Loveless como un todo cuando deje de escucharlo con audífonos y lo hice con parlantes a buen volumen. Recuerdo que Loomer - Touched - To Here Knows When se convirtieron en las tres canciones que más escuchaba. Soon sigue siendo mi canción favorita de My Bloody Valentine, y Blown a Wish una de las más especiales para mí.
Haber visto a My Bloody Valentine en vivo ha sido una de las experiencias más importantes en mi vida, por la nostalgia funciona bien, pero por la música mejor. En el concierto había muchos indie kids que se miraban las jetas los unos a los otros sin saber de qué se trataba la cosa; quizá sólo vienen porque Pitchfork dice que son buenos, pensé. Igual a la mitad del concierto se estaban yendo, o escapando; mejor así, pensé otra vez. Y también pensaba, cuál será el My Bloody Valentine de estos adolescentes, qué banda aparecerá dentro de 15 años para hacerles mover las tripas de la nostalgia; pensé en un par de nombres y de inmediato volví mi mirada al escenario, me alegré y solté una bocanada de aire al saber que estaba viendo a My Bloody Valentine.
1 comments:
viejo Mustard, muchas gracias por permitirme conocer esta banda, sencillamente genial. Saludos!
Anfoc
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