Cuando Kevin Shields pisa el escenario con su guitarra acústica, la gente no espera más que escuchar las notas de Sometimes. Probablemente la canción más bonita de todo Loveless. Una muestra perfecta de cómo un simple arreglo con una guitarra distorsionada puede lograr una buena dosis de dramatismo y emotividad. Shields hace una ejecución profundamente intima en esta canción, la forma como interviene al micrófono con ese tono particularmente suave se ha convertido en clásico. (Close my eyes, feel me now). En los últimos dos minutos, la canción adquiere inercia cinematográfica, y así finaliza, desapareciendo entre distorsiones y emociones.
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