The Beatles Remasterizado III

Bueno, veamos qué es lo que hace que el anuncio de la EMI sea tan importante y por qué muchos de los fanáticos hemos estado esperando esas remasterizaciones por años. No pretendo entrar en mucho detalle porque no soy un experto, no sé nada de ingeniería de sonido y la verdad, lo poco que sé lo he aprendido por leer tanta basura de The Beatles. Tampoco soy un audiófilo, que me gustaría serlo, a quién no, pero no tengo el dinero ni los medios para ello. Sin embargo, trataré de poner en contexto muchas cosas y dimensionar un poco a lo que nos enfrentamos con esto de las remasterizaciones, que desde ahora lo digo, puede llegar a ser un total fracaso, como también puede llegar a ser uno de los hechos más importantes y sobresalientes de la era de la música digital. En las próximas semanas ustedes encontrarán en este blog una serie de posts aburridos y en ocasiones largos, creería que solamente interesantes para fanáticos de la banda, aunque espero que no sea así.

(sabrán ustedes perdonar el uso de tanta palabra fea, precisamente hoy, día del idioma)

¿Qué es eso de la remasterización?

Pues para que exista remasterización, como el término lo indica, tiene que existir masterización. Entonces, ¿qué es una masterización? Un máster es la mezcla final que se obtiene luego de que el productor y los artistas han hecho todo su trabajo, la cinta máster es aquella que se transfiere a CDs, DVDs, Vinilos, Cassettes y por qué no, mp3s. De una cinta máster salieron todos los vinilos que en los sesentas conoció el mundo de The Beatles. Ahora bien, la cosa no es tan sencilla como parece, por lo menos no para esos días. La tecnología de grabación sufrió muchos cambios durante la década de los sesentas y por tanto, la música producida en aquellos días también. Para empezar, The Beatles empezó su carrera grabando en cintas de dos pistas, quiere esto decir que en ocasiones los vocales iban por una y los instrumentos por otra, la mezcla (o creación de la cinta máster/masterización) consistía en saber balancear y ecualizar éstas de la mejor forma posible, cosa en la que George Martin era prácticamente un genio. Los dos primeros discos y los cuatro primeros sencillos del cuarteto fueron grabados en máquinas de dos pistas; los discos más importantes, diría yo, de The Beatles y la música popular en general, fueron grabados en cuatro pistas, incluyendo el Sgt. Peppers (1967) y el Pet Sounds de los Beach Boys (1966); desde el Álbum Blanco hasta el final de la carrera de la banda se uso ocho pistas en las grabaciones, creo que la producción que hizo Phil Spector de Let It Be fue la única cosa de The Beatles que llegó a usar 16 pistas. Como es evidente, más pistas quiere decir más combinaciones en la mezcla y mejor oído para balancear y ecualizar sonidos. Con el sistema de 2 pistas ya era posible tener varias mezclas dependiendo del volumen y el balanceo del sonido, ahora imaginen la combinación con 4 u 8 pistas, y más si se piensa en toda la experimentación que The Beatles empezó a adoptar en sus años de madurez musical. Por lo general, todos estos niveles de volumen y detalles de la mezcla se registran en sendos libros para permitir su reproducción futura, en el caso, por ejemplo, de que se pierda o se dañe la cinta máster.

Sin embargo, durante los sesentas, no sólo los métodos de grabación cambiaron, también se dio un importante cambio en la forma de reproducción musical: el gran salto del sonido monoaural al estéreo. Y entonces, ¿qué influencia tuvo esto en el sonido de The Beatles? Mucha, yo diría que es uno de los grandes puntos de debate entre la comunidad Beatlemana. Prácticamente los primeros años de la banda estuvieron dedicados al sonido mono, eso quiere decir que para aquella mezcla final, de la que hablamos antes, el productor tenía que sentarse a oír y corregir una y otra vez la versión en sonido monoaural de la cinta máster, ya que ésa era la mezcla que íbamos a oír en los discos (por alguna extraña razón me incluyo siendo mis padres para esos días apenas unos niños). Y si la cinta máster estaba destinada a un sistema de reproducción en estéreo, la mezcla tenía que sufrir cambios y por tanto resultaba totalmente diferente. Pues a todo esto les tocó enfrentarse a The Beatles. Hay gente que dice que muchos discos estaban destinados a ser escuchados en mono, como la versión original del Sgt Peppers, cuyas mezclas en mono y en estéreo difieren en muchas cosas. Hay otra gente que dice que a The Beatles no les importaba para nada el sonido mono ni el estéreo, que eso era un problema técnico y lo dejaban en manos del productor. Nada de eso lo sabemos. Yo creo que a The Beatles les importaba mucho eso, así se deja ver en este libro. Pero bueno, para terminar de adornar el problema y confundirlos más, toda esta cantidad de cosas que acabo de decir se hacía en Londres, y si hoy en día tenemos problemas para la distribución de la música en el mundo, imagínese en esa época que la industria discográfica estaba en pañales. Resulta que en Estados Unidos la compañía que distribuía a The Beatles era Capitol Records, y ellos, por algún motivo, decidieron que algunos discos de la etapa inicial (62-65) tenían que salir en estéreo, y la mezcla original se había hecho en mono para los discos de UK. Entonces, los ingenieros de la Capitol hicieron nuevas mezclas. Es por eso que existen lo llamados discos americanos o discos de la Capitol, que no sólo difieren con las versiones de los discos publicados en Inglaterra en el orden de las canciones, sino también en los nombres de los discos, las carátulas (entre ellas la famosa carátula del carnicero) y en algunas sutiles diferencias en sus canciones. Después de Revolver (1966) se decidió que la distribución sería la misma para ambos lados del atlántico.

Bueno, esto ya está muy largo y todavía no hemos dicho qué demonios es la remasterización. Es muy fácil, pero lo explicaré luego de conocer otro detalle importante en la historia de la distribución de la música de The Beatles. Pasaron los años y apareció el CD. Un formato digital al que todos conocemos muy bien, su bondad más importante es permitir almacenar música por largos periodos de tiempo sin daño alguno, gran ventaja sobre el vinilo, aparte eso sí, de la portabilidad. En fin, en 1987 se decidió pasar todo el catálogo del cuarteto a CD, y en aquellos días la expectativa fue tan grande como la de hoy en día con estas remasterizaciones. Para tal efecto, la EMI tomó una serie de decisiones con respecto a la música de The Beatles. La primera, todo el catálogo se iba a unificar y no existiría más la diferencia entre discos gringos y británicos, de ahí en adelante todos los CDs de The Beatles iban a seguir las versiones británicas de los discos*. La segunda, los primeros discos (62-65) saldrían en versión mono, tal como fueron concebidos por George Martin. La tercera, para el proceso se llamaría a George Martin y a algunos ingenieros de la época. El resultado de todo esto fue muy bueno, hasta cierto punto. Fue bueno porque era una nueva forma de escuchar al cuarteto, se oía limpio, claro y de una forma que nunca antes se había oído, pero ahí venía lo malo, resulta que al pasar los discos a CD no se usaron muchas técnicas digitales, hubo eso sí, limpiezas, realces de algunas sonidos y se adicionaron ecos, pero recordemos que el CD es un formato digital, las cintas máster (¿se acuerdan?) estaban en formato analógico, durante el proceso nunca se volvieron a mezclar y por tanto al pasar a CD, se perdió alguna información (así sea imperceptible para muchos). El CD por naturaleza elimina algunas frecuencias mientras que tiende a realzar otras, esos pequeños cambios no se tuvieron en cuenta, por eso a veces la versiones en CD resultan muy planas, con sonido metálico, y no guardan la calidez que se puede escuchar en vinilos de buena calidad, y ni hablar del mp3. Entonces, cuál era la solución a dicho problema: volver a mezclar, hacer una nueva cinta máster usando técnicas digitales, siguiendo eso sí, las instrucciones de aquellos libros donde se registraba todo, este proceso de hacer una nueva cintar máster con técnicas digitales es lo que vamos a llamar... sí, así es: remasterización (aplausos). Es decir, lo que no se hizo hace 22 años lo van a hacer ahora, con computadores, Pro-Tools y todas esas jodas de los jóvenes de hoy en día. Obviamente, no sólo se trata de remezclar y ya, hay otros procesos que requieren trabajo, como por ejemplo la limpieza de las cintas (40 años no pasan solos), lo que acabe de explicar aquí, con ánimos didácticos, fue una grosera simplificación de todo el proceso.

Como esto está muy largo vamos a dejar para después los pro y los contra de la remasterización, las cosas que pueden salir muy bien y las cosas que pueden salir muy mal. También voy a hablar un poco de las implicaciones culturales de todo esto. Por ahora, y como para que no quede muy seco y aburrido este post, vamos con música. Una de esas canciones que salió diferente a ambos lados del atlántico, I'm Looking Through You, escuchen que la versión gringa en estéreo tiene un inicio falso, un movimiento de guitarra más. También voy a poner la versión monoaural británica para que noten la diferencia. En mono el bajo retumba más, es más claro y fuerte, la guitarra eléctrica suena más aguda y punzante, es como si la canción fuera más rockera; en la versión estéreo el sonido es más envolvente y limpio, más pop. Irónicamente, una parte de la letra de esta canción dice: You don't look different, but you have changed.

* Vale la pena aclarar que hace cinco años salieron en un boxset y en CD todas las versiones gringas de los discos de The Beatles, una colección llamada The Capitol Albums.

2 comments:

N.Santamaría dijo...

Me quedo con la uk mono mix y gracias por la clase.

Mr. Mustard dijo...

Yo todavía no me decido cuál versión me gusta más. Hay gente que defiende a capa y espada las versiones mono, el estéreo me gusta, pero en este caso escuchar los vocales a un lado no me parece tan bonito, vamos a ver, al parecer eso es lo que se va a solucionar el 9 de Septiembre.