Este disco nos recuerda esas cosas que hicieron que muchos nos enamoráramos de Belle & Sebastian, algunas de esas cosas, con el tiempo, cambiaron para bien, y otras no tanto. Este disco es para ese fanático introvertido y muchas veces tímido, del que prefiere sentarse a escuchar la simpleza de Tigermilk en la intimidad de su cuarto y no del que se sienta a ver cómo todos saltan en una fiesta con la exuberancia de The Life Pursuit; los dos extremos en la carrera de una banda, con sus matices y colores, con sus éxitos y fracasos, con sus simplezas y complejidades. Este disco es recordar a Isobel Campbell, es hacer un pequeño y merecido homenaje a Stuart David, es una intima dedicación a John Peel. Este disco se encarga de mostrar los inicios de una banda que parecía destinada a llenar los recuerdos de los desadaptados y de los aburridos. Este disco es como esa fotografía vieja de la que se habla en Slow Graffiti, aquella que miramos y miramos con nostalgia, mientras nos preguntamos qué fue de nosotros, y lo peor, qué será de nosotros. Este disco es una colección de canciones en vivo nunca puestas en una placa oficial, pero ampliamente conocidas por cualquiera que se haga llamar fan de Belle & Sebastian. Este disco no sólo tiene una de las carátulas más bonitas de toda la discografía de esta agrupación, sino que en su versión de lujo viene con un CD de un concierto en Belfast*. Este disco no es en absoluto de las mejores sesiones de la BBC de banda alguna, no es para nada de las mejores presentaciones en vivo de esta banda, muchas de sus canciones contienen errores y fallas evidentes; pero es Belle & Sebastian, y eso importa más que cualquier cosa.
* El concierto en Belfast fue hecho un mes después de la muerte de George Harrison, para esa ocasión B&S abrió con este cover de Here Comes The Sun.
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